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Nos encontramos en un momento en el que la forma de entender el entorno de nuestra vivienda esta cambiando. Esto afecta también a las necesidades de nuestros edificios.
Se están creando nuevos proyectos que consideran el edificio como un entorno de convivencia saludable, ofreciendo dentro de la estructura del propio edificio, servicios y opciones que fomentan la convivencia, accesibilidad y la salud.
Cuando hablamos de edificios saludables, no pretendemos quedarnos en aquellos que son unos buenos «envoltorios», sino que, además, favorezcan el bienestar y la salud.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud define la salud ambiental como la disciplina que comprende aquellos aspectos de la salud humana, incluida la calidad de vida y el bienestar social, que son determinados por factores físicos (radiaciones, ruidos, luz…), químicos (toxicidad…), biológicos (hongos, microorganismos…), sociales y psicosociales (color, compatibilidad…).
Confort higrotérmico
Puede definirse confort higrotérmico como una situación constante en la que no hay enfriamientos ni calentamientos, hay ausencia de malestar térmico.
Gracias a ella los edificios pueden absorber o ceder humedad al aire con el cual están en contacto, lo que genera un efecto amortiguador ante picos de valores anómalos.
Frente al modelo tradicional de confort térmico, en el modelo adaptativo las personas juegan un papel creando sus propias preferencias térmicas a través del modo en el que interactúan con el ambiente, modifican su propio comportamiento o gradualmente adaptan sus expectativas en función del ambiente térmico en el que se encuentran.
El modelo de bienestar adaptativo es el más adecuado para la evaluación del confort en edificios diseñados con criterios bioclimáticos pasivos, donde la ventilación y la ropa son fundamentales, pero también acabará siendo el utilizado en el futuro, incluso para fijar las temperaturas de disparo de los termostatos inteligentes.
Según el RITE (Reglamento instalaciones térmicas en los edificios), para el dimensionamiento de los sistemas de calefacción, se empleará una temperatura de cálculo de las condiciones interiores de 21 °C y para los sistemas de refrigeración la temperatura de cálculo será de 25 °C
Las estrategias de acondicionamiento pasivo se deben emplear para lograr que los espacios habitables sean capaces de adaptarse y deberán lograr los siguientes objetivos:
- El acondicionamiento pasivo es una herramienta imprescindible para lograr los objetivos de confort que debe seguir las siguientes pautas:
- Buen nivel de aislamiento térmico en los elementos de la envolvente.
- Eliminación de puentes térmicos para evitar pérdidas energéticas o aparición de moho.
- Adecuados niveles de ventilación para la renovación del aire.
- Control de la permeabilidad al aire mediante una correcta estanqueidad en puntos críticos.
- Regulación de la humedad interior mediante ventilación y elección de materiales adecuados.
- Huecos diseñados con protección solar en verano para controlar el exceso de radiación solar.
- Aprovechamiento de la inercia térmica de los materiales para atenuar la fluctuación de temperatura.
- Control de los excesos térmicos mediante la monitorización de indicadores higrotérmicos.
Calidad del aire y salubridad
Introducimos en nuestro cuerpo 10.000 litros de aire al día, que en cierta proporción han sido ya respirados previamente. En el interior de los edificios, al ser menor la renovación de aire, esa cantidad puede ser mayor con sus evidentes riesgos, como pueden ser los contagios de enfermedades, las emisiones nocivas de materiales o la concentración de contaminantes procedentes del exterior.
El papel que tienen los edificios sobre la calidad del aire, parte de un adecuado diseño en la fase de proyecto o rehabilitación, selección de materiales y control de los flujos de aire. Es clave la incorporación de sistemas e instalaciones que permitan que nuestro edificio no solo sirva para prevenir posibles ataques, sino también para reconstruir y mejorar nuestra salud, aspirando a una nueva ola de edificios regenerativos.
Estar en contacto con un aire limpio está asociado a una reducción sustancial del riesgo de morbilidad y mortalidad, y a una mejora de nuestra calidad de vida y bienestar.
Al plantear una rehabilitación de cualquier tipo, es el momento indicado para estudiar el coste y oportunidad de realizar rehabilitaciones energéticas al mismo tiempo.
La elección de un sistema de ventilación en una rehabilitación de un edificio debería basarse en la toma en consideración de los siguientes puntos relacionados con la posibilidad de implantación de los sistemas y objetivos de calidad del aire, ahorro energético, confort térmico y acústico que se deseen alcanzar.
- Ventilación colectiva, individual o cuarto por cuarto.
- Ventilación híbrida o mecánica.
- Ventilación de simple flujo o doble flujo.
- Ventilación de caudal constante o variable.
Mejora e instalación de estrategias pasivas en la envolvente del edificio
Mejora de las envolventes térmicas. Una mala envolvente térmica también impacta sobre la calidad de am – biente interior, concretamente en lo referido a la generación de patologías en los cerramientos que afectan a la salubridad de los espacios interiores.
Mejora del nivel de aislamiento. Gran parte del parque inmobiliario construido en nuestro país no cuenta con criterios de protección térmica o cuenta con niveles de aislamiento insuficientes en sus envolventes térmicas.
Mejora de las carpinterías. Para la mejora del confort y salubridad en los edificios es importante disponer de una carpintería que garantice mínimas infiltraciones de aire no controladas.
Mejora de la hermeticidad. La hermeticidad (o permeabilidad de la envolvente opaca) hace referencia a las infiltraciones de aire no controladas que se producen por diferentes puntos de la envolvente térmica, como encuentros entre materiales, juntas, pasos de instalaciones, huecos de carpinterías y persianas, etc.
Mejora en los materiales en interiores. Se aconseja la utilización de pinturas naturales, barnices, adhesivos, mobi – liario, textiles y demás revestimientos respetuosos con el medioambiente, con bajo o nulo contenido en COV y que no contengan formaldehído ni metales pesados.
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Los efectos fisiológicos e incluso psicológicos de los materiales sobre el ser humano resultan muy importantes en la relación entre el producto y las personas. Algunas de estas relaciones son claramente perjudiciales para la salud y cuando la comunidad científica ha conseguido hacerlo evidente se han declarado tóxicas. Algunos de ellos son el asbesto o amianto, la madera tratada con creosota o las tuberías de plomo, entre otros.
Toda intervención en un edificio existente conlleva el trabajo previo de prediagnosis o diagnosis. En el caso de la salubridad, este diagnóstico debe identificar los productos que han sido declarados tóxicos, para proceder a su extracción y retirada del edificio.
Las prestaciones de salubridad que están afectadas por los materiales y los productos de construcción, de forma resumida los siguientes:
- Calidad del aire y salubridad
- Aislamientos
- Bienestar higrotérmico
- Confort acústico
- Iluminación
- Ergonomía, movilidad y accesibilidad
- Calidad del agua
Calidad y confort acústico
Los efectos del ruido que percibimos en el interior de los edificios influyen en nuestra salud, con valoraciones objetivas sobre la importancia de los aislamientos y acondicionamientos acústicos en la edificación sostenible.
La contaminación acústica y la exposición a niveles elevados de ruido son, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda de las causas ambientales reconocidas que más afecta a las personas, justo por detrás de la contaminación atmosférica
Un edificio acústicamente saludable (EAS) es aquel que se diseña, construye y en el que se controlan sus condiciones acústicas de forma sostenible, garantizando un aislamiento acústico óptimo para proteger a las personas usuarias frente al ruido y que mantiene los acondicionamientos acústicos en sus recintos interiores con el objetivo de prestar el confort adecuado en las actividades actuales y futuras de sus usuarios, generando espacios saludables y confortable
Algunas estrategias que debemos tener en cuenta:
- Definir espacios en función del uso.
- Diseñar espacios acústicamente correctos para instalaciones colectivas que generan mayor sonido.
- Controlar la ejecución de elementos que pueden actuar como resonantes o materiales de construcción de características adecuadas para el control acústico.
- Revisar etiquetado acústico de los componentes.
- Medir y monitorizar in situ para corregir
Iluminación
Una buena iluminación es una condición imprescindible para nuestra visión y bienestar, particularmente dentro de los edificios. Hoy sabemos que la luz tiene efectos visuales y no-visuales.
La inclusión de una iluminación saludable en los edificios no tiene diferencias de precio significativas con una iluminación que cumpla solo con los objetivos visuales. Además, sus múltiples beneficios nos aportarán una rentabilidad muy elevada.
Para incluir una iluminación saludable en los edificios, debemos tener en cuenta cinco grandes áreas:
- Momento del día.
- Cantidad de luz.
- Direccionalidad de la luz.
- Color de la luz: distribución espectral.
- Duración de la exposición de la luz.
A escala individual, la luz saludable es muy dependiente de las necesidades, sensibilidad, cronotipo y edad de cada persona. Por ello, no existe un patrón único de iluminación dinámica saludable para todos los individuos.
Ergonomía, movilidad y accesibilidad
Ergonomía, accesibilidad y movilidad deben adaptarse a los requerimientos de sus usuarios y no al revés.
La ergonomía tiene el objetivo de adaptar los entornos, espacios, actividades y objetos al uso del ser humano, para optimizar sus capacidades en beneficio de su salud y bienestar.
Diseño para todas las personas y accesibilidad universal, se abarca un rango más amplio y se aporta comodidad para toda la sociedad.
La accesibilidad universal es la cualidad de los entornos para que cualquier persona pueda participar y disfrutar de los mismos de forma autónoma, con independencia de sus capacidades y necesidades. Para conseguirla hay que considerar la accesibilidad: física, sensorial y cognitiva, siendo esta última, la más «invisible» y desconocida de todas.
La perfección antropométrica no existe, por eso hay que considerar las capacidades y discapacidades de cada individuo y la evolución que experimenta en las diferentes etapas de la vida (infancia, adolescencia, juventud, adultez y senectud), comprobando el gran impacto que tiene en la salud. Un 40 % de la población española puede verse favorecida por la accesibilidad universal inclusiva, según el informe Accesibilidad Universal y diseño para todos. Arquitectura y Urbanismo, publicado por la Fundación Once y Fundación Arquitectura COAM.
Habitualmente se suele asociar el problema de la accesibilidad a la ausencia de ascensores, pero hay otros aspectos no menos importantes y que se obvian como es el diseño de los cuartos de baño.
Electroclima
La exposición de las personas a los campos electromagnéticos sufre un aumento exponencial en los últimos años, y parte de ese aumento tiene una gran relación con las condiciones del diseño arquitectónico, ya que tanto el planeamiento urbano como el diseño de instalaciones de electricidad y telecomunicaciones en un edificio pueden aumentar dicha exposición.
Una parte importante es que las revisiones realizadas en estudios en humanos, da como resultado que la radiación puede resultar en:
- Carcinogenicidad (tumores cerebrales/glioma, cáncer de mama, neuromas acústicos, leucemia, tumores de la glándula parótida),
- Genotoxicidad (daño del ADN, inhibición de la reparación del ADN, cromatina estructura),
- Mutagenicidad, teratogenicidad,
- Enfermedades neurodegenerativas (enfermedad de Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica),
- Problemas neuroconductuales, autismo, problemas reproductivos, exceso de especies reactivas de oxígeno/estrés oxidativo, inflamación, apoptosis, alteración de la barrera hematoencefálica, pineal producción de glándulas/melatonina, trastornos del sueño, dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga, dificultades de concentración, depresión, mareos, acúfenos, ardor y enrojecimiento de la piel, alteraciones digestivas, temblores, irregularidades cardíacas,
- Impactos adversos en el sistema nervioso, circulatorio, inmunológico, endocrino y sistemas esqueléticos.
Se deben considerar las propiedades de comportamiento físico de los materiales y sistemas de construcción para integrar en el diseño constructivo la minimización de los efectos del electroclima sobre la salud de las personas, para obtener así espacios más saludables.
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La fuente original de este articulo proviene de un documento fruto de colaboración entre más de 60 expertos, a través de 9 grupos de trabajo temáticos reunidos a lo largo de 2021, han aportado su visión sobre lo que debe ser un edificio saludable, que cuide del bienestar las personas, buscando ir más allá de los aspectos más conocidos y regulados por normativas.
Puedes consultarlo completo: Edificios y salud. Reinventar el hábitat
pensando en la salud de las personas.
